P.A. Ruiz/ M. Otero/ D. López Valle
Los 300 espartanos de Leónidas I frenaron el expansionismo persa en la batalla de las Termópilas. La contienda inspiró a Frank Miller en su célebre cómic y ahora al director Zach Snyder
En el siglo V a.C., un grupo de irreductibles helenos de la península del Peloponeso mantenía su oligarquía bélica al margen de la democracia que se implantaba poco a poco en la órbita ateniense.
Los espartanos, descendientes directos del heroico Hércules, vivían por y para la guerra. Su fanatismo era tal que no dudaban en eliminar a sus congéneres si no servían para luchar. Pero gracias a ellos, la cuna de la civilización occidental se salvó de ser arrasada por la furia persa en el segundo empuje de las Guerras Médicas. Los espartanos frenaron el expansionismo de Jerjes I en el angosto valle de las Termópilas, en una batalla que duró cinco días y enfrentó a los 300 soldados de Leónidas I contra un millón de efectivos persas.
Así lo relató Heródoto en sus libros de historia, aunque no ha sido el único en aproximarse al sacrificio espartano. Frank Miller quedó abrumado por el esfuerzo de la guardia de Leónidas tras ver de pequeño El león de Esparta, un peplum dirigido por el polaco Rudolph Maté; y Zach Snyder, director del conseguido remake de El amanecer de los muertos, de George A. Romero, quedó, a su vez, impactado por la traducción que Miller hizo de la titánica contienda en su novela gráfica 300.
Épica y violencia
"Hemos tenido total libertad para filmar, y eso se nota en el éxito de 300", explicaba Snyder a este diario en Londres. De hecho, el proyecto vio la luz gracias al empaque del director, quien se comprometió en él hace ya cinco años.
La película, que llega hoy a nuestras pantallas, ha barrido en las taquillas de los países donde ya se ha estrenado. Sólo en su primer fin de semana en Estados Unidos recaudó 70 millones de dólares, dejando claro que al público poco le importan las críticas vertidas por su violencia; como tampoco el enfado del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, enojado por la visión, cercana a la lascivia y la brutalidad, que se da de Jerjes I y los persas.
El fime, de todas modos, no se basa en hechos históricos y se permite licencias como decir que los espartanos defienden la democracia. Snyder no la definió mejor: es "una experiencia para disfrutar", que, además, llegará en breve a las pantallas de los cines Imax.
Una película de 1.300 tomas digitales
Más de 65 millones de dólares ha costado recrear la intensidad de 300. La película se rodó en 60 días en un estudio de Montreal, Canadá, y sólo se construyeron tres decorados. El resto, es obra y gracia del milagro digital. Se realizaron hasta 1.300 tomas de efectos digitales, en las que se tuvo en cuenta hasta el mínimo detalle: desde el color de las capas espartanas, la sangre, los torsos de los soldados hasta la virulencia de los enfrentamientos.
ENTRE MAIL: Zach Snyder, director de '300'
300 se estrena precedida de un éxito de taquilla, pero con las críticas del gobierno iraní.
Lamento de veras toda esta polémica. 300 es sólo una película, es entretenimiento. Si alguien se siente ofendido, pido disculpas, porque en ningún momento lo pretendimos.
Pero la imagen de los persas sale peor parada que la de los espartanos.
Se trata de una película fantástica. Ni nos hemos inspirado en fuentes verídicas ni hacemos alusión alguna a la realidad. Lo más parecido a 300 es una ópera.
Las escenas de las batallas están extremadamente cuidadas.
El aspecto visual ha sido básico al plantear el filme. Hemos buscado sorprender al espectador. Creo que el cine tiene que transmitir una experiencia distinta a alguna que se haya visto antes.
jueves, 22 de marzo de 2007
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