miércoles, 17 de enero de 2007

Crítica de Batman Begins

Reproducimos la crítica de la que junto al Batman de 1989 es una de las mejores películas acerca del personaje. Se trata de Batman Begins. El editor de este blog, gustándole esta película no cree que sea tan estimable la dirección de Nolan que logra componer con un gran casting y muchos elementos notables una película irregular, muy buena en algunos aspectos y muy estándar en otros. Finalmente el crítico en las "estrellas" se retrata dejándola entre tres y cuatro, quizá sólo se trate entonces de matices en la redacción, que no obstante describe bastante bien e comportamiento de la narración y los temas y escenas más notables de la película.

Dirección: Christopher Nolan.País: USA.Año: 2005.Duración: 134 min.Género: Acción, aventuras, thriller.Interpretación: Christian Bale (Bruce Wayne/Batman), Michael Caine (Alfred), Liam Neeson (Ducard), Katie Holmes (Rachel Dawes), Gary Oldman (Jim Gordon), Cillian Murphy (Dr. Jonathan Crane), Tom Wilkinson (Carmine Falcone), Rutger Hauer (Earle), Ken Watanabe (Ra's Al Ghul), Morgan Freeman (Lucius), Linus Roache (Thomas Wayne), Larry Holden (Finch).Guión: Christopher Nolan y David S. Goyer; basado en un argumento de David S. Goyer; basado a su vez en los personajes de "Batman" creados por Bob Kane.Producción: Emma Thomas, Charles Roven y Larry Franco.Música: Hans Zimmer y James Newton Howard.Fotografía: Wally Pfister.Montaje: Lee Smith.Diseño de producción: Nathan Crowley.Vestuario: Lindy Hemming.Estreno en USA: 15 Junio 2005.Estreno en España: 17 Junio 2005.


CRÍTICA por Joaquín R. Fernández (labutaca.net)
No son pocos los años que lleva la Warner intentando resucitar las dos franquicias más importantes de DC Comics. El regreso de Superman le ha supuesto no pocos quebraderos de cabeza a este estudio, algo que se ha repetido, aunque en menor medida, con el hombre murciélago, que cuenta con una pega que no posee el últi-mo hijo de Krypton: el público todavía guarda en sus retinas las imágenes de las anteriores aventuras de Bruce Wayne, tornándose ese conocimiento en la pérdida de una frescura que sí encontrába-mos, por ejemplo, en "Spider-Man". Como hiciera en su día la Fox con la Patrulla X, la Warner ha optado por encargarle a Christo-pher Nolan la tarea de renovar, al menos desde un punto de vista cinematográfico, la mitología de Batman; este cineasta obtuvo cier-to prestigio con una curiosa obra de carácter independiente ("Memento"), de ahí que existiera curiosidad por conocer cómo habría sido capaz de rodar un largometraje en el que se nos detallara el nacimiento de este singular superhéroe, conjugando calidad con comercialidad.
Reconozco que "Batman", la versión de 1989, es una buena película, pero no por su libreto, sino gracias a la presencia de Jack Nicholson, a la pe-culiar ambientación que le otorgó Tim Burton y a la soberbia banda sonora de Danny Elfman. Su continuación, muy alabada por cierto sector de la crítica y por algunos aficionados, nun-ca me ha entusiasmado, especial-mente porque los villanos de la fun-ción, el Pingüino, Catwoman y Max Shreck, fagocitaban la historia con su imponente presencia. Luego llegaron aquellos dos despropósitos llamados "Batman forever" y "Batman & Robin", unos baldíos espectáculos de luces y colores con argumentos infantiloides que supusieron to-do un descrédito para su director, Joel Schumacher. Por suerte, la serie de animación que durante los noventa se realizó para la pe-queña pantalla satisfizo a todos los que teníamos cierto respeto por la figura del hombre murciélago y lo que representaba.
Christopher Nolan nos reconcilia ahora con este individuo en-mascarado creado por Bob Kane, ofreciéndonos la que es, junto a "Superman", la mejor adaptación cinematográfica que se ha-ya hecho nunca de un superhéroe. Aunque su ritmo es irregu-lar, Nolan construye un prólogo brillante que, durante tres cuartos de hora, nos deja asombrados, presentando a los principales per-sonajes de la historia al tiempo que los envuelve con una mezcla de variadas situaciones emocionales y una sorprendente profundi-zación en sus psicologías. La agilidad de este tramo de la narra-ción es encomiable, todo un ejemplo de cómo resolver uno de los puntos más complicados de una película de estas características: su introducción.
Durante esta parte del metraje se produce una habilidosa des-cripción de lo que pueden ser los miedos de una persona, tal y co-mo acontece cuando se combinan de manera magistral, y por me-dio de varios flashbacks, los traumas del pequeño Bruce y la ins-trucción que lleva a cabo Ducard con el heredero del legado de los Wayne, mas asistimos también a esos instantes que definen al que pronto será conocido como Batman, empleándose para ello breves pero intensos pasajes en los que el protagonista deberá en-frentarse a sus demonios internos, como el sentimiento de vengan-za hacia el asesino de sus padres o la culpabilidad que aflige su corazón al tener el convencimiento de que él podría haber evitado su muerte.
Por supuesto, si Nolan mantuviera esta cadencia y calidad a lo largo de las dos horas y cuarto que dura la película... nos hallaríamos ante una verdadera obra maestra. Sin embargo, eso no sucede, devi-niendo luego la trama en algo bastante trivial, si bien la cinta no pierde en ningún momento su condición de eficaz y recomenda-ble entretenimiento. Por otro lado, esto nos permite diferenciar con clari-dad cuáles han sido las aportaciones de Nolan al guión, siendo el responsa-ble de su ligero argumento David S. Goyer, quien seguramente es también el causante de que a lo lar-go de la segunda mitad de "Batman begins" nos topemos con un buen número de esas socorridas frases que, supuestamente gra-ciosas, luego casi siempre se incluyen en el tráiler de un filme para así, en teoría, promocionarlo mejor.
Aunque el director no abandona la noche como la mejor aliada de Bruce, existen algunas escenas en las que observamos a Gotham de día y en todo su esplendor, tal y como sucede cuando el peque-ño Wayne viaja con sus padres en el tren de la ciudad. El uso que se hace a lo largo de toda la película de decorados, maquetas y efectos generados por ordenador es fantástico, una combinación perfecta que debería ser tenida en consideración por otros directo-res. Más discreta es la labor de Nolan en lo que respecta a las es-cenas de acción, pues la cámara se mueve confusa, especialmen-te durante los combates cuerpo a cuerpo, lo que a veces nos impi-de enterarnos muy bien de qué es lo que está pasando en la panta-lla (por suerte, el responsable de "Insomnio" no llega a los extre-mos de Ridley Scott en "El reino de los cielos").
Otro gran acierto por parte de Nolan es el reparto y el equi-librio que existe entre los distintos personajes que aparecen en la narración. Bruce Wayne es la estrella del relato, y aunque la importancia de uno de los villanos en el mismo es crucial, su presencia se ha dosificado de tal manera que en esta ocasión Christian Bale nunca se queda relegado a un segundo puesto. Liam Neeson lleva a cabo una interpretación fabulosa, siendo Mi-chael Caine, Morgan Freeman y Gary Oldman unos secunda-rios de auténtico lujo. En ninguno de ellos aparece una pizca de histrionismo; de hecho, ni siquiera Cillian Murphy recurre a la so-breactuación cuando se transforma en El Espantapájaros. A todo ello cabe sumar la corrección de Katie Holmes, quien tiene la suerte de que esta vez se pone en la piel de una mujer que es algo más que un mero asunto amoroso para Batman. Tom Wilkinson, Rutger Hauer y un desaprovechado Ken Watanabe completan un lustroso plantel difícilmente superable.
Por último, no serán pocos los que sientan algo de perplejidad al compro-bar el nombre de los compositores de la banda sonora de "Batman begins", pues se trata de dos de los autores más importantes de la industria del ci-ne. Su música es perfecta para el tra-mo inicial de la cinta, especialmente cuando se fusiona con los contenidos más afectivos de la historia, pero no ofrece nada nuevo cuando escucha-mos las sonoridades que sirven de acompañamiento a las secuencias de acción, algo que en parte decepciona al espectador. No obstante, se trata de un elemento negativo menor dentro de un largometraje que, des-de luego, se convierte en un notable riesgo para su productora si tenemos en cuenta los estándares por los que se mueve última-mente Hollywood.

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